No fue un emigrante, legal o no. El doctor José Rubiera, director del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de la Republica de Cuba, llamó a Sandy el ciclón perfecto.
La decimoctava tormenta de la temporada de huracanes en el Atlántico se formó con celeridad al sur de Jamaica a partir del 23 de octubre, atravesó ese país hermano el 24, sin afectarse su constitución de ciclón tropical categoría 1 de la escala Zaffir-Simpson y se fortaleció en el brazo de mar que nos separa.
Ese día los medios de difusión cubanos informaban de decenas de miles de evacuados y otras medidas tomadas en las seis provincias más orientales de Cuba. Entró a Santiago de Cuba el día 25 en la noche, con categoría 2, vientos sostenidos de 175 Km./hora y en ocasiones rachas superiores; las olas llegaron hasta nueve y 10 metros de altura y las aguas penetraron hasta 35 metros tierra adentro. Atravesó la isla, saliendo a las seis de la mañana por las inmediaciones de cabo Lucrecia, municipio de Banes, en la provincia de Holguín, dejando tras de si una estela de muerte, dolor y desolación.
Los cubanos fallecidos fueron once, millones de pesos se perdieron en viviendas, agricultura, comercio, y en infraestructuras productivas o de servicios.
En su tránsito hacia USA, Sandy pasó de huracán a supertormenta al combinarse con otros fenómenos meteorológicos, impactó a Nueva Jersey el 29 de octubre con vientos sostenidos de 130 Km./horay rachas mayores, ocasionando al menos 120 muertos. El paso del huracán Sandy por el área triestatal (Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut) destruyó más de 160 mil viviendas, dejó a más de ocho millones de familias y negocios sin energía eléctrica y provocó daños valorados en unos 50 mil millones de dólares.
Después algunos neoyorquinos enfrentaron bajas temperaturas sin calefacción y agua caliente, basura acumulada, escombros y tierra en las calles, lo que aumentó la cantidad de roedores que ponen en peligro la vida de los cientos de niños, especialmente la de los que viven en las viviendas públicas.
Muchos residentes se han mantenido a partir de donaciones que reciben tanto de las autoridades como de particulares.
No me extrañó que circularán por Twitter y las redes sociales, falsas fotos de tiburones que nadan por los túneles del metro de la ciudad o enormes olas catastrofistas, (cual día final de la Humanidad), embistiendo a la pobre e indefensa Estatua de la Libertad.
El presidente Barack Obama, antes del día de las elecciones, visitó por unas horas zonas neoyorquinas afectadas por Sandy , donde se encontró con muchos residentes que sufren las secuelas de la tragedia haciendo fila para recibir alimentos y otros tipos de ayuda. Entonces las autoridades del estado cifraron las pérdidas allí entre 33 mil millones y 50 mil millones de dólares.
Muchos afectados han tenido que esperar por el restablecimiento del servicio eléctrico en sus hogares. Han recibido pequeños (muy pequeños) y esporádicos aportes de particulares como un concierto de beneficencia
o delegaciones diplomáticas de países con alta presencia de emigrantes en difícil situación. Los padecimientos sicológicos son fuertes: la frustración, la tristeza, el miedo, la ira y la angustia agobian hoy a residentes de Nueva York. Sepa usted que los asaltos y saqueos se dispararon.
A principios de noviembre los afectados soportaron gran frío por lluvias y nevadas. El alcalde Bloomberg había advertido que las personas sin calefacción corrían el riesgo de sufrir hipotermia y morir, por lo que las autoridades acondicionaron varios edificios para los más necesitados, pero los locales fueron insuficientes. No hubo información sobre los resultados de tal situación. En definitiva la información sobre las soluciones fueron poca, pobres en contenido y muy espaciadas.
A mediados de mes la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) extendió hasta el 14 de diciembre el programa que ofrece alojamiento temporero a los damnificados por el huracán.
Hoy, 8 de diciembre de 2012, el diario El Nuevo Herald titula una información, en cabeza de plana, así: Obama pide 60.400 millones para la reconstrucción tras el paso de ‘Sandy’ , mientras los gobiernos de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut han pedido para sus tareas de limpieza y reconstrucción fondos adicionales de 82.000 millones de dólares. A esta altura, sin más comentarios.
Mientras, en Cuba, al otro día de cruzarnos el meteoro, el país entero se movilizó en ayuda de sus hermanos orientales: alimentos, ropa, calzado, materiales de la construcción, otros disímiles productos necesario para la vida salieron para allá por aire, mar y tierra. Miles de trabajadores, organizados en brigadas y contingentes, de los más diversos sectores partieron para trabajar en la recuperación sin pedir condiciones de vida y mucho menos beneficios de algún tipo.
Muy rápido, rapidísimo funcionó el Órgano económico y social del Consejo de Defensa Nacional para proponer la ayuda que brindaría el país a los orientales y villaclareños, y después el Consejo de Ministros, las conoció y aprobó las medidas formuladas.
Fueron aprobadas por el Estado facilidades financieras considerables , asumiendo el 50 por ciento de los costos para la recuperación de inmuebles por los perjudicados. El presidente de la República, Raúl Castro Ruz, el primer vicepresidente y, en la práctica, cada ministro, “plantaron” en Santiago de Cuba sus respectivos despachos de trabajo hasta encaminar, ordenar y garantizar las labores imprescindibles.
En cuanto al resto de los nacionales, hemos sentido alguna escasez en ciertos alimentos liberados; no ha sido así con los subsidiados de la canasta básica: han permanecido seguros y entregados en el tiempo programado. Han mantenido sus anteriores niveles de oferta el combustible doméstico, la energía eléctrica, los servicios de transportación y las comunicaciones. La asistencia médica y la educación tampoco se han resentido.
Ya la prensa cubana fue dando información sobre la restauración de los servicios en las zonas destrozadas por el meteoro. La electricidad, el agua corriente y la telefonía están a punto de sellar la cobertura de sus servicios. Y comienzan a salir las relativas a la entrega de cientos de nuevas viviendas y la progresiva recuperación de otras miles.Son Derechos de Cuba.
Estos dos países son diferentes, muy diferentes, no solo por sus riquezas materiales sino –las mayores- por las morales: son objetivos, sistemas, gobiernos diferentes y pueblos diferentes…