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«CON FIDEL JAMÁS SE PODRÁ TRAICIONAR LA CONFIANZA»

26 Nov

Por Luis Machado Ordetx

“¿Ustedes tienen dinero para pagar el salario de la compañera?”, preguntó el Comandante en Jefe al dirigente administrativo de la brigada Máximo Gómez, colectivo que solo en 18 meses culminó el cierre de la cortina en la entonces naciente la presa Zaza, en Sancti Spíritus, la mayor de su tipo en el país.

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Fidel Lajos Aguado, jefe de la brigada Máximo Gómez, ejecutora de la última etapa de la presa Zaza, en Sancti Spíritus, (Foto: Luis Machado Ordetx).

Era la tarde lluviosa de viernes 23 de junio de 1972. Un escalofrío recorrió el cuerpo del dirigente que ultimaba detalles técnicos en la toma de agua y la cortina del embalse. Ahora en Santa Clara, Fidel Lajos Aguado, natural de Aridanes, relató la historia surgida con un recorrido relámpago del Líder de la Revolución al territorio villareño.

—”Aquello sucedió al término de la visita. No era la primera que hacía el Jefe de la Revolución al lugar, y mostró justeza, y atención directa a los problemas personales y laborales de quienes siempre se le han acercado, como privilegio del sistema social cubano”, acotó.

“Nada tenía que ver con la situación creada en la presa. Claro, era un asunto indirecto. Si mal no olvido aquella mujer se llama Haydee; no recuerdo sus apellidos. Estaba casada y tenía dos hijos pequeños, y asumió labores de cocinera en sustitución de una compañera enferma, quien recibía pago por certificado médico. Sin embargo, allí me enteré que llevaba dos años sin cobrar salario”, apuntó Lajos Aguado.

“La mujer con su familia salió al paso de la comitiva, y de inmediato los escoltas se desplazaron rápido. Ella, sin titubeos de ningún tipo, le  señaló a Fidel que llevaba tiempo sin recibir un centavo y vivía de la ayuda de los familiares. El Comandante le preguntó si había hablado el asunto con los dirigentes de la presa. De inmediato declaró que sí. Entonces, enmudecí, ¡Nada sabía al respecto!”.

“El Líder de la Revolución le aseveró: “¡No se preocupe, a usted hoy se le va a pagar!, y acto seguido colocó una mano en su hombro y tocó el cabello de los niños”. De inmediato se viró hacia mí: “¿Se puede pagar hoy?”. Declaré que sí. Aquello era un compromiso inviolable.

De pronto la trabajadora advirtió: “Mire Comandante, ¡he hablado con todos menos con Fidel!”. La sangre me vino al cuerpo, y el Líder de la Revolución apuntó con una sonrisa en sus labios: “¡Caramba es tocayo mío!”, ya en la partida.

“La comitiva se fue, y enseguida saqué cálculos económicos antes de llegar al consejo de dirección y exponer el asunto. El dinero tenía que aparecer para cumplir el compromiso”, refirió Lajos Aguado.

De acuerdo con su testimonio, “hubo allí quienes estaban opuestos a extraer dinero de la caja chica, y hasta tuve que firmar un documento para efectuar el pago. Antes de la media noche, junto al económico y el jefe de personal, estaba tocando en la puerta de la casa de esa mujer. Ya dormían, y realizamos de inmediato la remuneración. Ella decía que no era necesario, y nosotros que sí. Pedimos disculpas, y declaré que se tomara unos días de vacaciones y luego se reincorporara al trabajo. Eran como unos 6 mil pesos, según nómina, lo que se debía”, recalcó.

Todo no quedó ahí, según Lajos Aguado: “al amanecer llegó un automóvil con personas que antes no había visto. Querían ver a Haydée, la mujer, quien iba ya de viaje con su familia. Uno de los visitantes la interceptó y le preguntó por el pago correspondiente. La trabajadora eventual dijo que lo recibió la noche anterior, y se interesaron por su incorporación al trabajo. Declaró que lo haría después de unos días de descanso autorizado. De inmediato  tomamos el camino de regreso, y uno de los acompañantes indicó, “menos mal que todo quedó resuelto: ahí venía su sustituto”.

Solo referí: ¡Con Fidel jamás se podrá traicionar la confianza!”.

Fidel en El Escambray (I): Génesis de una Fundación
Fidel en El Escambray (II): La Lucha contra Bandidos
Fidel en El Escambray (III): Pueblos, carreteras y presas 
Fidel en El Escambray (IV): Criterios de una mujer 
Fidel en El Escambray (V): De campesinos y cooperativas
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Fidel y la previsión de una catástrofe 

 

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