Muy poco tiempo ha transcurrido desde que se inauguró la 51 Serie Nacional de Béisbol, en el estadio Capitán San Luis, el pasado domingo 27 de noviembre. Hoy culminan las primeras subseries programadas.
Los abultados scores de algunos equipos frente a otros, las cifras de bateo de los primeros frente a sus contrarios de turno, nos adelantan que será una competencia de enormes desigualdades. Algo salta a la vista aún para los menos avezados en el deporte de las bolas y los strikes: esta serie no será más calificada ni mejor, que las anteriores.
A todas luces, al concluir el primer tercio de competencia -no digamos para cuando se hayan jugado los primeros 48 desafíos programados por colectivo, en la mitad misma del campeonato- existirá una notable diferencia entre un grupo, los más competitivos, y el resto. Y no podrá ser de otra manera cuando hemos dividido el conjunto de la antigua provincia de La Habana en Artemisa y Mayabeque, creando dos equipos para nada finalistas, mientras permitimos un muy debilitado Isla de la Juventud. Por suerte la actual provincia de la Capital reforzó en algo a Metropolitanos que de seguro regalará el sótano –algo hasta ahora de su absoluta propiedad- a uno de los anteriores mencionados.
¿Alguien en Cuba puede creer que un equipo que sume 12 o 14 novatos puede llegar a luchar por la clasificación entre otros 16? ¿Cree usted beneficioso que existan ocho directores debutantes? También será difícil encontrar muchos aficionados que estimen que tan solo con un buen cuerpo de lanzadores un conjunto puede llegar a ser campeón o cuando menos ganador consistente.
Detengámonos además en que los cuatro equipos mencionados pertenecen a la llamada zona occidental. Aquí, nueve lucharán por clasificarse para los acostumbrados play-off. Mientras, por el oriente, lo harán tan solo ocho, en general más fuertes que los primeros. Conclusiones, serán zonas muy desiguales para llegar a los finales de la 51 Serie Nacional de Béisbol. Ante tal realidad, lo más lógico sería que para los play-off clasifiquen los ochos mejores del torneo, sin distinguíos de zonas.
Por otra parte me referiré a los cambios de la zona de strike y la altura del montículo. Ambas modificaciones ayudarán a nuestros lanzadores y adulterarán las estadísticas de la presente competencia con relación a torneos anteriores. Pero no nos engañemos, al final, no debemos interpretar que nuestro pitcheo ha mejorado.
Y para terminar, algunos apuntes sobre este torneo sui generis: ¡Usaremos dos tipos de pelotas diferentes! ¿Alguien conoce una competición seria donde se utilicen dos artículos fundamentales, de cualidades distintas? ¿No podíamos dejar las Mitzuno 150 existentes para otros torneos y ya desde el comienzo utilizar la Mitzuno 200? Ufff… de nuevo contra las estadísticas, escudo de algunos contra cambios más necesarios que en algún momento concentren la calidad.
Todo esto me asoma que esta no será una serie mejor ni más competitiva: Ojalá me equivoque.
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