Esperanza Aguirre
Al parecer las intrigas en la lucha por la dirección futura, en el seno del Partido Popular (PP), toman importante espacio en la España de hoy. Es indiscutible que escenario político es el más complejo del país ibérico en los últimos años, como consecuencia de la crisis económica mundial y los disparates del neoliberalismo, que allí han tenido particular incidencia.
Un botón de muestra sobre esta realidad y su agravamiento tras la toma de posesión hace un año, de Mariano Rajoy como presidente de la República, la hallamos en las siguientes cifras, publicadas en Cubadebate el pasado 21 de diciembre: 800.000 personas más están sin empleo; han desaparecido 23.000 empresas; hay 1,7 millones de hogares donde todos están en paro. Son 300.000 más que el día en que Rajoy llegó al Gobierno; y han subido los dos impuestos fundamentales que paga el ciudadano: el IRPF y el IVA, después de haber negado que fueran a hacerlo. Con esto creo que basta.
El actual gobierno heredó de manos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) un país en quiebra y, para evitar la bancarrota financiera, tuvo que adoptar fortísimos recortes a los acápites de los gastos sociales del presupuesto, con el consiguiente descontento y protestas de las clases trabajadora y media. Hoy por hoy es indiscutible el desgaste político del legatario de José María Aznar, pues aparece al frente de todas las medidas restrictivas.
Conocedores de tal realidad y previendo las próximas elecciones, la cúpula del PP, compañera de viaje de los rectores de las altas finanzas nacionales y extranjeras, y las clases dominantes, le conviene descargar, en el presidente, toda la actual situación de inconformidad y descontento de la mayoría del pueblo español. Esto le lleva a buscar una alternativa para las próximas elecciones autonómicas y municipales.
No piense usted que por lejanía en el tiempo de esos comicios es precipitada o demasiado adelantado el trabajo en tal dirección. Y es ahí donde a todas luces entra en juego un personaje que ha ido moviéndose en tal sentido con marcadas ¿o malignas? intenciones, desmarcándose de los débitos del régimen en ejercicio. Todo parece indicar que sus aspiraciones de ascenso son fuertes.
Me refiero a la bien conocida Esperanza Aguirre, presidente de la organización partidista en Madrid y también presidenta de esa comunidad hasta que presentó la renuncia a este último cargo, hace algunos meses. Fue este postrer hecho lo que comenzó a levantar mi suspicacia.
Y como todo hecho o proceso vale para “echarle tierra” a Rajoy, ahora se aprovecha del caso de Ángel Carromero para seguir ascendiendo. Me explico: Durante todo el proceso judicial del responsable de la muerte de dos disidentes, en España, Europa y el resto de los países capitalistas se desarrolló una feroz campaña estigmatizando la Revolución cubana, sus leyes, sistema judicial, órganos del orden interior, prisiones, es decir todo, y lo más desvergonzado, afirmando una supuesta conspiración criminal cubana para asesinar a Oswaldo Payá.
Esto cultivó un fuerte sentimiento de solidaridad con el preso, en mucho por anticomunismo, xenofobia y no poco nacionalismo chovinista.
Y por tanto se desprende una pregunta raigal: ¿cuál es la razón para que la archienemiga de la Revolución cubana – madrina y guía política de Ángel Carromero, íntima amiga, y fiel seguidora del agente CIA y terrorista Carlos Alberto Montaner -, y donante de los $ 3 mil dólares que el aprendiz de provocador trajo a nuestro país con destino al fallecido Payá- encabece una campaña por una supuesta injusticia cometida en Cuba contra el españolito, y sea el primer dirigente que lo visita a su llegada a la cárcel madrileña y rompa lanzas por su indulto?
Si bien el caso de este responsable de la muerte de dos disidentes estuvo manejado con mucho tacto por las autoridades españolas, que los procesos de instrucción policial y judicial fueron diáfanos de principio a fin –claro, regido por nuestras leyes -, y aunque las autoridades diplomáticas españolas y los jurisprudentes participantes quedaron satisfechos, lo cierto es que ha comenzado un gran coro proclamando un supuesto abandono al dirigente de las Nuevas Juventudes por parte del mando español, acusándolo hasta de cobarde político.
Ante todo quedaron claros la comisión de «homicidio imprudente», y lo magnánimo de la sanción –solo condenado a cuatro años y ahora deportado a su país de origen, para que cumpla allá la condena- , a pesar de lo cual ahora, Esperancita, al salir de la cárcel, afirmó que en España no es condenable tal hecho como delito , pidió una “investigación internacional” sobre la muerte del opositor cubano Oswaldo Payá.
Añadió que “ha sido condenado por la dictadura comunista cubana” y no reconoce justicia alguna en la isla de Cuba, cuyo régimen político calificó de “tiranía, que hoy cumple 54 años de estar oprimiendo a todo un pueblo”. Y entonces el colmo del cinismo: “Lo que pasa es que hemos tenido que aceptar la sentencia para que (Ángel) pisara tierra española”, añadió.
Se sumó el amigo del sancionando y portavoz adjunto del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Pablo Casado, manifestó a ABC que el dirigente juvenil no fue enviado por su partido; que no estaba señalizada la zona de obras, ni iban a excesiva velocidad; y de la injusticia de haberle retirado la licencia de conducción en España. Agregó que está teniendo un tratamiento igual al de cualquier otro recluso en su situación. En su opinión, es muy honroso llevar a una persona a ver a sus familiares lejos de la capital, cuando ésta no tiene recursos, como hizo a petición de Payá. ¡Dígame usted, ver para creer!
Los afanes devaluadores de la jefatura que encabeza Rajoy y de la moral cubana llegan hasta la afirmación de algunos de un pago de tres millones de dólares para conseguir la libertad del encausado. ¡Vaya cinismo! ¡Vaya irrespeto!
De hecho el gobierno español está en la picota pública internacional tras comprometerse con La Habana a informarle sobre el cumplimiento de la pena de Angelito en suelo español.
Es indiscutible que se cocinan serias diferencias internas en el seno del Partido Popular y además que la señora Aguirre y su banda no dejan de agredirnos.