Café Mezclado se prestigia con publicar hoy un artículo de Frei Betto referido a la discriminación y la violencia. Se basa en los recientes hechos ocurridos el 12 de junio en Orlando, Florida, donde perdieron la vida cerca de 59 personas. Este trabajo nos llegó por cortesía de Maria Helena Guimarães Pereira , Agente Literaria.
Pedro Hernández Soto
¿A QUIÉN PREFIERE VER MUERTO?
Por Frei Betto*
Fray Guillermo, nuestro profesor de filosofía, impartía clases de sabiduría. Nos introdujo en el tema “prejuicio y discriminación”, evocando a Sócrates, Platón y Aristóteles. Recalcaba: “Es fácil saber si albergamos algún prejuicio o discriminación hacia una persona o grupo social. Basta con hacerse esta pregunta: ¿a quién me gustaría ver muerto? Quizás usted no se imagine portando un arma y disparando contra quien, por alguna razón, le causa repugnancia. ¿Pero quedaría satisfecho si otro lo hiciese?”
Sus lecciones me vienen a la memoria con ocasión de la masacre en la discoteca Pulse, en Orlando (Florida), en la madrugada del 12 de junio. Omar Mateen, de 29 años, desfogó todo su odio contra los gays al disparar indiscriminadamente con un fusil y una pistola. Segó la vida de 49 personas e hirió a otras 53.
Es fácil lamentar la muerte de tantas víctimas inocentes de la homofobia extrema. Pero es difícil responder en lo íntimo al cuestionamiento de fray Guillermo. La historia está llena de respuestas. Sócrates fue “suicidado” por priorizar su propia conciencia. Jesús, asesinado por rechazar el reino del César y preconizar el de Dios. Las Cruzadas mataron a musulmanes por no acatar la autoridad del pontífice romano. La Inquisición llevó a la hoguera a los sospechosos de profesar una creencia que no correspondía a la ortodoxia católica. Los colonizadores ibéricos diezmaron aldeas indígenas por creer que aquellos salvajes no valían nada comparados con la plata y el oro que había en sus aldeas. Ingleses, portugueses y españoles capturaron africanos para esclavizarlos en sus colonias, convencidos de que los negros eran una subespecie humana y, quizás, ni tenían alma. Hitler exterminó a millones de judíos, comunistas, homosexuales y gitanos por estar convencido de que amenazaban la pureza de la raza aria.