Por Luis Machado Ordetx
“¿Ustedes tienen dinero para pagar el salario de la compañera?”, preguntó el Comandante en Jefe al dirigente administrativo de la brigada Máximo Gómez, colectivo que solo en 18 meses culminó el cierre de la cortina en la entonces naciente la presa Zaza, en Sancti Spíritus, la mayor de su tipo en el país.
Era la tarde lluviosa de viernes 23 de junio de 1972. Un escalofrío recorrió el cuerpo del dirigente que ultimaba detalles técnicos en la toma de agua y la cortina del embalse. Ahora en Santa Clara, Fidel Lajos Aguado, natural de Aridanes, relató la historia surgida con un recorrido relámpago del Líder de la Revolución al territorio villareño.
—”Aquello sucedió al término de la visita. No era la primera que hacía el Jefe de la Revolución al lugar, y mostró justeza, y atención directa a los problemas personales y laborales de quienes siempre se le han acercado, como privilegio del sistema social cubano”, acotó.
“Nada tenía que ver con la situación creada en la presa. Claro, era un asunto indirecto. Si mal no olvido aquella mujer se llama Haydee; no recuerdo sus apellidos. Estaba casada y tenía dos hijos pequeños, y asumió labores de cocinera en sustitución de una compañera enferma, quien recibía pago por certificado médico. Sin embargo, allí me enteré que llevaba dos años sin cobrar salario”, apuntó Lajos Aguado.
“La mujer con su familia salió al paso de la comitiva, y de inmediato los escoltas se desplazaron rápido. Ella, sin titubeos de ningún tipo, le señaló a Fidel que llevaba tiempo sin recibir un centavo y vivía de la ayuda de los familiares. El Comandante le preguntó si había hablado el asunto con los dirigentes de la presa. De inmediato declaró que sí. Entonces, enmudecí, ¡Nada sabía al respecto!”.