Las enseñanzas de Arleen

Por Pedro Hernández Soto

Foto Demetrio Villaescusa

El pasado viernes 5 me pareció reconocerla y cuando vi su perfil lo confirmé. Estaba sentado en una de las nuevas sillas de acero inoxidable que ocupan las salas de espera de nuestras instituciones de salud y ella hacía fila ante la taquilla donde se gestionan turnos y documentos en el Instituto de Cardiología, con más precisión, en el policlínico Asclepio, extensión del primero ubicada justo frente a esa institución orgullo de todos los cubanos.

A mi llamado giró con rapidez me reconoció y pronunció un ¡Pedro! con cariño desbordado. Apenas nos separaban dos pasos y por supuesto no pudieron impedir el abrazo y el mutuo beso, muestras de recíprocos afectos.

Pronto reparé en un dispositivo forrado en tela azul que ceñía su brazo izquierdo. Inquirí con rapidez: ¿Qué te pasa? ¿Qué es eso?, y me contestó sin dejar de sonreír: ¡Nada mis 58 años! ¡Es un aparato para medirme con determinada frecuencia la presión arterial! Regresó a la casilla tras decirme: ¡Espérame un momento!

En efecto, resuelto su trámite, volvió tras de prometerle a la empleada que atendía al impaciente público que promovería hacer una emisión de la Mesa Redonda sobre la atención cardiovascular en Cuba y cuando comenzaba a hablarme se dejó oír un agudo pitido, intermitente y molesto que provenía del brazalete de marras. Y me explicó sin dejar de sonreír: ¡Me avisa, ahora debo estar quieta, sin hacer nada, hasta que termine de registrar! ¡Debo parecerme a una de esas estatuas vivientes que el doctor Eusebio Leal instauró en La Habana Vieja!

 

Derechos de Cuba. Poema de Tony Guerrero a Roberto González Sehwerert

Mis lectores asiduos saben que, como regla, suelo publicar trabajos propios.  También conocemos que todo, excepto los principios, tiene su excepción y por esta de hoy me siento honrado. Les explico:

Maruchi, la hermana de Antonio Guerrero, uno de nuestros Cinco héroes presos injustamente en los Estados Unidos, me remitió el pasado día 11 un comentario sobre el trabajo Derechos de Cuba. Mis tres nuevas amigas, contentivo de un hermosísimo poema escrito por Tony y dedicado a su hermano Roberto González Sehwerert, hermano carnal de René, este último en libertad restringida en USA –por otra condena, esta ampliada- durante tres años.  La nota se explica por sí sola:

De Maruchi:

Muchas felicidades en este nuevo año en el que seguro tendremos nuevos retos pero mayores victorias si todo lo hacemos con voluntad y amor, como haces tú en este blog.

Te felicitamos por estos mensajes llenos de valor humano y amor, el verdadero valor esta ahí en AMAR LA VIDA como el poema que escribió mi hermano dedicado a  Roberto González (Irma Sehwerert Mileján, su madre), hermano carnal de Rene, cuando él estaba muy grave por el cáncer y despues falleció. Les dedico este poema a ustedes.

Maruchi

 

AMAR LA VIDA

A nuestro brother Roberto

Amar los días
de sol y tierra.
Amar los tiempos
que se recuerdan.

Amar las casas
nuevas y viejas.
Amar la luz
y las tinieblas.

Amar los trillos,
las carreteras.
Amar el valle
como a la sierra.

Amar las olas
sobre la arena.
Amar el mar
y las riberas.

Amar los patios,
las azoteas.
Amar la noche
y las cigüeñas.

Amar la luna
y las estrellas.
Amar la lluvia,
la blanca niebla.

Amar la nieve,
la primavera.
Amar las flores
y las abejas.

Amar el brillo
de las botellas.
Amar el ruido
en las escuelas.

Amar la prosa
y los poemas.
Amar la arista
de las sorpresas.

Amar los sueños
que nos desvelan.
Amar lo justo
y la certeza.

Amar el mundo
que nos contempla.
Amar la patria
y la bandera.

Amar la gente
que ama y que crea.
Amar la paz,
nunca la guerra.

“Amar la vida
luchar por ella”.

Antonio Guerrero
FCI Marianna
agosto 2012

Mi contesta:

Maruchi:

No conocía esta belleza. ¡Cuanto cariño desborda! ¡Ellos son gentes excepcionales! ¡Ustedes van siguiéndoles! Voy a publicarlo en el blog. No puedes tener idea cuando te agradezco el envío. Libertad para los Cinco Héroes cubanos. Muchas cosas buenas para todos ustedes.

Un beso grande,

Pedro Hernández Soto