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Brindis por un tocayo

29 Feb

Por Pedro Hernández Soto

dos-tocayos

Pedro + Pedro. Esta foto tiene más de treinta años. Fue hecha en la fiesta por el regreso de Panchito, con condecoraciones, de Angola

Lo conocí el 14 de abril de 1974. Me lo presentaron al sentarnos en la “mesa presidencial” de la asamblea de trabajadores del periódico Vanguardia donde me iban a mostrar como el nuevo director.

Pedro Méndez Suárez, aquel muchachón un poco gordito, rubicundo, pelirrubio, me causó buena impresión. Ese día me enseñó el salón donde radicaba la redacción del semanario humorístico Melaíto y a continuación los nuevos locales –ya casi terminados- donde se mudarían. Allí estarían más cómodos.

Ya por aquella fecha – los entonces jóvenes- mantenían la publicación con un prestigio tremendo. Cada sábado en la provincia de Las Villas, los ejemplares demoraban en venderse lo que tardaban los trabajadores de los kioscos en desatar los paquetes en los cuales llegaban.

Aquel grupo de estelares lo integraban además de mi tocayo como director, Francisco Rodríguez Ruiz (Panchito), padrino artístico de Martirena, me impresionó mucho por su honestidad y muestras de buenos sentimientos; Rolando González Reyes (Roland), magnífico redactor, hombre con criterio, siempre dispuesto y servicial; Adalberto Linares (Linares), profesional, modesto y sencillo a más no poder; Douglas Nelson Pérez Portal (Nelson), (Santa Clara, 9.11.1941 – Cienfuegos, 28.10.2014), tremendo diseñador y humorista, laborioso, defendía sus criterios hasta el final; Celia Farfán, diseñadora, capaz de sugerir a Tomás Álvarez de los Ríos el título de la novela Las Farfanes, y el habitual colaborador Ricardo Artiles (Ricardito).

Durante ocho años al frente de aquel diario provincial tuve la oportunidad de asistir a los debuts en la difícil profesión, de Alberto Morales Ajubel (Ajubel), traído desde una plaza de ayudante de la Empresa de Medios de Propaganda de Sagua la Grande; y del actual director de Melaíto, Alfredo Lorenzo Martirena Hernández (Martirena), quien llegó como aprendiz «por cuenta propia»,  del cual incluyo a propósito el segundo apellido para que no se ponga brava su mamá y amiga mía, María Teresa. Hoy integran ese piquete nuevos valores a quienes no conozco pero mantienen en alto la calidad del semanario.

Con el natural de Bái (Báez, pueblito del municipio villaclareño de Placetas, de donde es oriundo Pedro y que ambos denominábamos así, en jarana) viví incontables momentos que conformarían un anecdotario interminable. Por eso tan solo les contaré unos pocos.

Cada jueves revisábamos las caricaturas y textos que saldrían en la próxima tirada. Cuando con el tiempo entramos en confianza ¿qué hacían aquellos jodedores? Pues en el paquete me insertaban alguna –o algunas- de marcado mensaje pornográfico o contrarrevolucionario, todo para mortificarme, que me disgustara y comenzara a pelear. Ya después no me engañaban y al final terminábamos riéndonos.

Un día me trajo una propuesta de portada donde se criticaba un nuevo plan de ventas, puesto en práctica en la provincia, con menos facilidades de compra para las mujeres trabajadoras. Le dije con seriedad: “Pedro, esto nos traerá problemas”. Y me contestó: “Es que hace rato que no nos buscamos problemas con nadie”. En definitiva la publicamos y por supuesto, tuvimos “problemas”.

Ya anocheciendo, avanzada una tarde de fecha imposible de recordar, vi llegar un carro a la puerta de mi casa, allá en el reparto Las Antillas, frente a la Universidad Central de Las Villas. No me costó ningún trabajo reconocer el Peugeot 404, azul claro, de mi tocayo. Me asaltó la preocupación: ¿qué habría pasado? Se bajaron él y su esposa Lupe. Rápido abrí la puerta de mi hogar y fuí s su encuentro; se me abalanzó y abrazó llorando. No tuvo que decírmelo, lo adiviné y casi le grité: ¡Te dieron la casa! No pudo hablar, sin soltarme solo asentía con la cabeza. Ella también lloraba a mares.

El pasado 5 de febrero “mi socio”, junto a los colegas Susana Lee López y Luis Orlando Pantoja Veitía ocuparon los espacios noticiosos por merecer el Premio Nacional de Periodismo José Martí, Por la obra de la vida, correspondientes a este año 2016. ¡Qué alegría me dio! Solo comparable cuando en 2015 se lo otorgaron a Antonio Gómez Delgado (El Loquillo).

Por eso, en la celebración de mi cumpleaños 77, el pasado sábado, uno de los sorbitos de vino tinto –de las dos copas que solo pude tomar por recomendación facultativa- brindé en silencio por mi tocayo Pedro Méndez Suárez, hombre y artista extraordinario; y por su esposa Lupe, y sus hijos Yanet y Janier, quienes tanto le ayudaron y le ayudan a superar el accidente cerebro vascular sufrido; claro no olvidé a su locura-nieta. Larga vida y más felicidad a esa bella familia.

El próximo 11 de marzo le entregarán el diploma correspondiente… (y si puedo me esconderé y volveré a brindar por ellos).

 
 

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11 Respuestas a “Brindis por un tocayo

  1. niuryvi

    29/02/2016 at 10:04 PM

    Muy buen trabajo y un merecido homenaje al gran Pedro Mendez!! de otro grande con el mismo nombre pero de apellido Hernandez(como mi madre), un abrazo fuerte.

    Martirena

     
    • hdezsoto

      08/03/2016 at 9:18 PM

      Gracias por leerme Martirena, heredero de una tarea muy noble pero complicada. Es de veras un gran compromiso dirigir Melaíto pero te tengo ahora más confianza que aquel día (eras un niño) cuando te presentaste en Vanguardia. No te imaginas como me satisface tu meteórica carrera ascendente. Un abrazo para tí y un beso a Ma. Teresa

       
  2. Rigoberto Nilo Diaz Napoles

    01/03/2016 at 10:39 PM

    Pedro, no pude aguantar las lagrimas cuando leí este articulo, pues me hizo recordar a mi tierra bella y a los tiempos en que disfrutaba cada sábado cuando esperaba con ansias la salida del Melaito. Me atrevería a decir, que no existe Villareño alguno, que no haya disfrutado con esas publicaciones, ya que el Melaito forma parte de la historia de cada uno de nosotros. Mis más sinceras felicitaciones para todos los trabajadores del Melaito desde su surgimiento hasta nuestros dias y para usted, a quien admiro y respeto profundamente, un fuerte abrazo de un Villaclareño al 100%, Rigoberto Diaz

     
    • hdezsoto

      03/03/2016 at 11:21 PM

      Rigoberto debo decirte que lo escribí de un golpe, emocionado, recordando esas gentes y aquellos tiempos. Gracias por leerme.

       
  3. Eliecer Cabrera Perez

    02/03/2016 at 2:29 AM

    Pedro estimado amigo;Muy bueno el articulo publicado, me trae los viejos recuerdos, muchas gracias por enviarmelo

     
    • hdezsoto

      08/03/2016 at 9:08 PM

      Gracias Elicecer por leerme. Son asuntos interesantes para personas de cualquier edad, nacionalidad o género.

       
    • hdezsoto

      08/03/2016 at 9:14 PM

      Es un deber Eliecer. Gracias a tí por leerme.

       
  4. Alexis Mario Cánovas Fabelo

    02/03/2016 at 1:13 PM

    Pedro:

    ¡Que alegría estos recuerdos!, ustedes fueron de los pocos que estuvieron dispuestos a publicar nuestras tiritas de temas pioneriles, que hacíamos en «Calle 8», Divulgación Nacional de los Pioneros con la idea de incrementar el perfeccionamiento de la autodirección en los colectivos pioneriles.

    Ustedes son ejemplo de los «HÉROES DE TODOS LOS DÍAS» que pidió el Che que fuéramos, por eso sufrieron tantas incomprensiones de los burócratas buRRocratizados.

    Un gran abrazo a ambos.

     
    • hdezsoto

      08/03/2016 at 9:13 PM

      Gracias, muchas gracias por el reconocimiento. Un abrazo,

       
  5. Fidel Santacruz

    05/03/2016 at 9:46 PM

    Leí «Brindis por un tocayo»; es muy bueno ya que se traslada a un pasado con nombres de personas, hechos y mucho más. Casi siempre leo un poco lo que nos entrega el Diario Juventud Rebelde. Me gusta viajar a través de la información que nos entregan los diferentes medios desde Cuba. Soy salvadoreño y los momentos que puedo los dedico a la lectura.

     
    • hdezsoto

      08/03/2016 at 7:42 PM

      ¡Que bien, Fidel! Con el mismo nombre de alguien extraordinario. Gracias por leerme y escribirme.

       

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